A la izquierda del hall de entrada se encuentra la cafetería, y enfrente de ésta, una sala de paso en la que hay numerosas obras de Mariano Benlliure.
Sala de Mariano Benlliure
La instalación de las obras hace que su visión sea muy agradable. Las separaciones entre ellas introducen al espectador en diferentes ambientes, con ello se consigue la individualización de la obras, lo que hace que el visitante pueda tener una visión a la vez individual y global de las mismas.
Galería que da acceso a la parte antigua del edificio, en donde se encuentran las pinturas de finales del XIX y principios del XX.
Cartel de Sorolla para el periódico El Pueblo
José Benlliure, El Cardenal
Sorolla, Francisco Jareño fue el arquitecto que hizo el Museo Arqueológico Nacional, que actualmente se encuentra en remodelación.
Mi conclusión es que hay cosas muy buenas y otras no tan buenas en la exposicion de las obras de arte en el Museo. He echado en falta la fecha en la que se realizaron las pinturas. No entiendo como hoy en día eso se hace así, la fecha es imprescindible si se quiere saber como ha evolucionado el pintor.
En cuanto a la remodelación del edificio es también indispensable que se haga cuanto antes. Una ciudad como Valencia no se merece tener salas como las que aún hay en el Museo. No tenemos que perder de vista que es el "Museo de Bellas Artes de Valencia".
En mi opinión la atención, actualmente, se tiene que trasladar prioritariamente al usuario del museo y a la proyección social y educativa del mismo. Hoy en día uno de los factores que definen más la realidad de los museos es el hecho urbano y la dinámica social que se establece en torno a la ciudad. El museo ha de establecer una relación entre sus colecciones y la historia incitando al público a entender y contemplar su propia historia de forma diferente, integrando en su vida diaria una lectura nueva de su reciente pasado, y facilitando un enraizamiento cultural más fecundo y activo.
Esto no es lo que he visto en el Museo de Valencia. Aunque para mí la visita resultó tranquila, por no tener las aglomeraciones que hay en otros museos, y no encontrarme a nadie en las salas( sólo algunas personas en las plantas bajas), me daba pena la soledad que se respiraba allí.
Las obras son para que la gente disfrute de ellas y no para que estén solas por la mala gestión de quienes tienen la responsabilidad de mostrarlas y enseñarlas. Espero y deseo que se busque pronto una buena solución.